Mis dedos toquetean nerviosos el gélido metal. Siempre he sido consciente de que llegaría este día pero soy incapaz de reprimir la excitación. Me despido con la sonrisa que otorga ser inmortal en los corazones de los hombres. Un loco no es loco si su locura se comparte.
Lo único que me apena de quitarme la vida es el dolor que causaré a quienes me mantuvieron vivo hasta hoy. La única salida al laberinto es esta. La única medicina que curará mi enfermedad es el negro telón que me aguarda. Quiero ver como ejecuto mi único acto de libertad pues solo así, derrotare al miedo que condiciona mis pasos. Solo pido, que no sea ella quién encuentre mi cadáver frente al espejo.
Me he convertido en la basura que tanto creí tirar, vendí mi alma al diablo y vendí mi ser a la evasión. El pasado no se puede reescribir. Mis canciones quedarán en la memoria de aquellos que aman a mi verdadero yo, al que tanto me encargué de asesinar. Me niego a corromperme más. Solo necesito apretar el gatillo
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